Si acabas de leer la introducción te preguntarás cuáles son las herramientas concretas que propongo para lograr ese anhelado flow, ese estado de canalización en el cual usas la energía justa en el que recibes el máximo impacto de la escena y puedes provocar el máximo impacto de vuelta a esta.
En primer lugar, propongo centrarnos en el cuerpo y fijarnos en algunos indicadores para empezar a entrenar.
Uno de los principios que vamos a desplegar es que vamos a coger referencias concretas en el mundo exterior, para que el cuerpo tenga sensaciones concretas y de alguna manera “objetivables” a las que recurrir cuando sentimos que entramos en fricción o bloqueo. Vamos a empezar por la fuerza de la gravedad. Una manera de entrenar la escucha es atender al propio peso y al de distintos objetos para desplegar nuestra precisión. En el entrenamiento clásico, si eres iniciade, has trabajado sin duda con pelotas, cañas de bambú o bastones y has caminado kilómetros por el espacio sintiendo las plantas de los pies. Lo que voy a exponer en este blog respecto al uso de estos elementos son algunas reflexiones que quizás te pueden inspirar a cambiar el enfoque de esta práctica y a desarrollarla según tus necesidades en el futuro.
En primer lugar, con el peso del cuerpo, te propondré observar qué sientes cuando llevas el peso atrás, al centro y hacia delante sobre la planta de los pies. Continuaremos sintiendo el momento en que se produce el desequilibrio del paso y si este se acerca o se aleja del objeto de atención escogido. Te propondré las palabras like, dislike para diferenciar los dos impulsos e integraremos esta herramienta en las distintas estructuras de juego viendo cómo opera en ellas.
En segundo lugar, a través de dos elementos clásicos, la pelota i la caña de bambú, nos enfocaremos en recoger el objeto y, por ende, la energía justa con la que nos llega de manos de otre, en todas las zonas del cuerpo que sentimos articulables. Gracias al pase del objeto de mano a mano vamos a ir poniendo atención a nuestro cuerpo en cuanto a centro de gravedad y eje, a nuestra atención al objeto, a nosotres mismes y al espacio otro. De hecho, esa distinción fragmentada no es más que una referencia ya que, de hecho, estaremos trabajando sobre el espacio como un todo. En concreto trabajo con la pelota para observar la gravedad i la inercia y con la caña de bambú para añadir la atención sobre el propio eje.
Y, en tercer lugar, propongo explorar la sensación de desplazarte en pendiente ascendente o descendente para sentir los matices de progresión y esfuerzo que nos proponen distintos terrenos de juego. Esta exploración puedes hacerla tanto con escaleras, si tu condición lo permite; como en rampas de distintas pendientes (que considero ideales por ser accesibles a distintas condiciones físicas y más fácilmente transitables durante una escena o juego de improvisación, desarrollaré este tema con mayor profundidad).
Por último, te propondré explorar la respiración en el entrenamiento y en concreto, practicar respirando por nariz y boca con algunos ejercicios prácticos. En cuanto al uso de la voz en el entrenamiento, también usaremos algunos conceptos de salud vocal que en el entorno de uso profesional de la voz al que nos referimos, pueden ser de gran ayuda.
En resumen, se trata de una serie de básicos comunes a todas las estructuras de juego que desarrollaremos a continuación y que, por tanto, nos acompañarán en el camino. La idea que rige haber seleccionado estas herramientas es que las sean reconocibles, sencillas y accesibles en todo momento durante el juego para permitirnos acceder a una comprensión despreocupada de la escena.