
Las palabras “arte” y “terapia” y las posibles combinaciones entre éstas, pueden dar lugar a confusión. Las mismas palabras pueden referirse a experiencias completamente distintas, tanto en lo que respecta al enfoque, como en la práctica directa. En este artículo quiero exponer algunos ejemplos y reflexionar, como siempre en este blog, sobre el trabajo del actor. En concreto, hoy, de la elección que supone utilizar vivencias personales como material escénico. 1. “El arte es terapéutico” A veces nos referimos a los efectos del arte; no al procedimiento ni al objetivo que este persigue- y afirmamos que el arte ,en nuestro caso, la actuación, la…